El fenómeno es conocido como “Babymoon“. Simplemente, se trata de un viaje que realizan muchas parejas a punto de convertirse en padres primerizos.

La idea es compartir un último viaje juntos sin pensar en biberones o pañales, disfrutando del otro a pleno y sin horarios. Si bien luego habrá muchas oportunidades de viajar está claro que las travesías serán algo diferentes.

En algunos casos, estos viajes implican una fortuna pues la idea es no pensar en el dinero y disfrutar de las playas, los paisajes, la comida y los hoteles. Incluso hay agencias que organizan escapadas de lujo para parejas embarazadas.


Sin embargo, siempre está la opción de un viaje económico pues, después de todo, lo importante de la experiencia está en la compañía y no en la categoría del alojamiento. No hay nada más romántico que un largo recorrido en coche, tal vez un viaje de aventura o una de esas travesías a países del Tercer Mundo que luego será imposible con los peques.

Las opciones están al alcance de la mano y sólo hay que dejarse llevar. Lo único importante es no perder las ganas de soñar, de conocer nuevos lugares y de disfrutar de este momento único en la vida.