Los mercadillos son grandes lugares para visitar no sólo para encontrar viejos objetos de decoración o increíbles souvenirs para coleccionar. También se transforman en el sitio perfecto para comer barato.

Es que por lo general, en estos mercados al aire libre podemos encontrar todo tipo de puestos de comida en donde se ofrecen delicias locales. La gran ventaja de saborear estos platos es que no sólo conoceremos los sabores de la cocina autóctona del país en el que estamos sino que, y esto es lo mejor, pagaremos muy poco dinero por ellos.

Por lo general, tanto en los mercadillos como en los puestos callejeros la comida es muy barata aunque sin prescindir de la mano experta de quien los elabora. Así es como los sabores se mezclan con habilidad y las especias están en su medida justa. Entonces probaremos esos auténticos bocados sobre los que hemos escuchado hablar tantas veces.

Lo mejor entonces es visitar los mercadillos cerca del mediodía pues entonces disfrutarás de un almuerzo económico en un lugar que permite apreciar el espíritu local. Y además, es un paseo ideal para hacer compras y encontrar esas baratijas que sólo podemos hallar en estos lugares. Eso sí, muchos de estos lugares son famosos por las visitas de turistas por lo que debes tener cuidado para evitar que te suban el precio al descubrir que eres extranjero.

Y si quieres que el festín se prolongue hasta la noche siempre tienes la opción de llevarte en la mochila algunas de las delicias de los puestos del mercado.