Hay que ser un gran estratega para elegir el asiento de un avión. Creo que no basta con ocupar una fila del pasillo pues en este caso hay otros inconvenientes que saltan a la vista. Tampoco es cuestión de optar siempre por la ventanilla pues aunque ganamos en comodidad perdemos en libertad de movimiento.
En síntesis, a la hora de reservar un asiento de avión es importante realizar un análisis exhaustivo de los pros y contras de la disposición de los asientos.
La elección dependerá de varios puntos: el ángulo de reclinamiento, el espacio entre los asientos y el tamaño de las butacas. Si bien hay medidas estándares, cada compañía tiene sus propios números, cifras que hay que averiguar antes de reservar el vuelo.
Puedes hacerlo en Airline Seating Chart, una opción del popular sitio Seat Guru que te será de gran ayuda.
Ahora bien, más allá de cada situación particular, puedes tener en cuenta algunos puntos generales:
Procura elegir los asientos que están junto al pasillo para ganar en libertad de movimiento.
Por lo general, los asientos del medio reciben la comida en último lugar.
Si eres de los que viajan sin moverse demasiado, quizá prefieras los asientos junto a la ventanilla pues entonces podrás disfrutar del paisaje.
Los asientos junto a los baños son muy ventajosos para quienes necesitan visitarlos a menudo aunque, por el contrario, son poco tranquilos.
Si hay filas de varios asientos, evita siempre los del medio.
Los asientos situados cerca de las turbinas son más ruidosos.
En caso de accidente, los asientos traseros y los que están cerca de las salidas de emergencia son más seguros.
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