Ir a San Francisco y no viajar en sus famosos tranvías es como ir a Nueva York y no conocer la Estatua de la Libertad. Este medio de transporte es tan característico de la ciudad que si la conocemos debemos regresar a casa con alguna foto que atestigüe nuestro paseo a bordo de uno de estos simpáticos y centenarios vagones. ¿Pero qué debes saber acerca de ellos?

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Bueno, en principio el viaje es pago y hay tickets diarios, de 3 y de 7 días en tres categorías, adultos, niños y ancianos. Los tickets pueden ser comprados en los alrededores de las paradas o al mismo conductor, pero este solo aceptará efectivo o los correspondientes pases. Estos pases sirven además para los autobuses.

1 día: 9 dólares

3 días: 15 dólares

7 días: 20 dólares.

Hay otro tipo de pases llamados FastPasses que permiten viajes en todo un mes:

Adultos (de 18 a 64 años): 45 dólares

Jóvenes (5 a 17 años): 10 dólares

Ancianos (+65) y discapacitados: 10 dólares.

Los niños menores de 4 años viajan gratis. Los tranvías funcionan los 7 días de la semana y en cierto horarios los fines de semana. Básicamente encontrarás 2 rutas . Las líneas Powell-Mason y Powell-Hyde tienen su terminal juntas en la esquina de Powell y Market Street. La primera baja hasta Bay Street y la segunda recorre las colinas Nub y Russian antes de terminar en el Parque Acuático cerca de la Plaza Ghiradelli. Las rutas son distintas y lo mismo los colores de las líneas: la línea amarilla va por las calles Bay y Taylor y la roja va mas allá del Parque Acuático.

Los tranvías de San Francisco te llevarán al Barrio Chino, al centro financiero de San Francisco y sobre las famosos colinas, y podrás subirte a ellos al comienzo o final de las rutas o en las paradas marcadas con blanco y con el aviso que aclara el nombre de la ruta, la dirección, la terminal, los horarios y un teléfono. Y eso sí, nada de subir o bajar con el tranvía en movimiento.