No son buenas noticias para Portugal. Mucho menos en una temporada que no permite equivocaciones. A un año de la decisión del gobierno de Portugal de cobrar una tarifa por el uso de las autovías del norte las consecuencias saltan a la vista.

El caudal de turistas extranjeros en la zona se ha reducido a la mitad desde que esta normativa comenzó a funcionar. Al menos en eso coindicen hosteleros, comerciantes y trabajadores del sector turístico. La mayor parte de los visitantes que evitan las autovías del norte son los españoles, que hasta que fueron gratuitas acostumbraban a tomarlas.

La introducción del peaje atenta contra las costumbres de quienes unen las ciudades de Vigo con Oporto. Los resultados demuestran que no están contentos con esta introducción y mucho menos lo están quienes trabajan en el sector turístico que desean que el gobierno revise la medida para dar marcha atrás con la decisión.