Cuando uno ve las revistas de viajes siempre se detiene en las fotografías de piscinas increíbles, de otro mundo, sobre altos rascacielos o con unos paisajes que solo siendo millonario puedes disfrutar. ¡Qué envidia! Pero en verdad hay piscinas así de hermosas que son de uso público. ¿Lo sabías? Bueno, en el mundo hay varias pero elegí solo 3 para que te des una idea de lo que puedes conocer sin pagar mucho.

La primera fotografía es realmente mi favorita. Se trata de la piscina del Bondi Icebergs Club, en Sidney, Australia. Construida a orillas del Mar de Tasmania, de tamaño olímpico, es un verdadero oasis de concreto que resiste las corrientes y contiene agua del mismo océano aunque es un poco más fría. Hay que ir en verano, entre enero y febrero, y solo pagas 6 dólares por el pase diario. La segunda foto es del Kastrup Sea Bath, un proyecto danés que consiste en una plataforma que permite el acceso de la gente a una piscina que se forma en el Mar Báltico. Hay baños, sitios con sombra, en fin, todo un complejo gratuito las 24 horas del día entre junio y septiembre.

Y finalmente están las Termas de Gellért, una piscina elegante y aristocrática de Budapest. Data de 1918 y es de estilo Art-Noveau. Cuesta 20 dólares y funciona todos los días. ¿Con cuál te quedas?