¡Taxi! Ese grito lo hemos escuchado infinidad de veces en las películas y series de televisión y lo cierto es que creo que en su fuero interno mucha gente que no va de visita a Nueva York sueña con gritar esa palabra en alguna esquina. La verdad es que en esta ciudad los taxis son tan amados como odiados. Por un una parte son rápidos y eso facilita el transporte a través de una ciudad en la que el metro siempre es el mejor amigo del hombre, pero por otro al haber tantos el tránsito es terrible.
¿Cómo haces para detener un taxi en plena calle? Bueno, como lo haz visto hacer en las películas. Sólo te detienes, te asomas a la calle y levantas el brazo. No siempre es necesario gritar ¡taxi!, solo debes fijarte bien que el número en el techo del taxi esté encendido. Si es así, el coche está disponible. Los taxis amarillos son los únicos autorizados para levantar gente con este sistema así que cuídate de los taxis “gitanos” a toda costa ya que no suelen estar regulados, pueden ser más caros y también menos seguros.
Si llegas a tener algún problema con un taxi anota el numero de identificación y lo reportas a la TLC (Taxi and Limousine Commission). Y por último: solo aceptan efectivo, los viajes es difícil que cuesten mas de 20 dólares y aunque caros para un viajero sólo para grupos de 3 o 4 personas son muy económicos. Además, hay un coste extra por viajar fuera del área metropolitana y hasta New Jersey y se cobra mas por el viaje al aeropuerto.
O comentarios en "Tomar un taxi en Nueva York"
Comentar