La propuesta que Viajar.com tiene para ti no puede desperdiciarse. Se trata de 8 días recorriendo y reconociendo la grandeza y los mensajes de un pasado cercano y otro más distante de la magnífica Rusia histórica.

La densidad de información contenida en dos ciudades, que fueron capitales en distintos períodos, se plasma en la imponente arquitectura, los museos, los lugares públicos, sus logros científicos y tecnológicos… albergados en las colosales urbes San Petersburgo y Moscú.

El precio de 745,0 €, además del vuelo en clase turista, desayuno y dos almuerzos, cubre los traslados, guía turístico, seguro de viaje y gastos de hotelería dispuestos de la siguiente manera:

• Tres noches en San Petersburgo, una noche en tren y tres noches en Moscú, actual capital del país.

La vasta historia rusa, sus cambios políticos y su gran influencia en el resto del mundo convierten este circuito de 8 días en nutrido “plato” de cultura abstracta y tangible, desprendida de una visión retrospectiva que descubre el paso del zarismo, de la revolución bolchevique y de rastros inequívocos de la Segunda Guerra Mundial (bloqueo de Leningrado) y la posterior competencia con el bloque occidental durante la Guerra Fría.

Los monumentos históricos son innumerables. Los más destacados centros de atracción de San Petersburgo son el Museo Hermitage, la Fortaleza de Pedro y Pablo, la Catedral de San Isaac, la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada y el Museo Ruso.

También deben citarse, ineludiblemente, las residencias de los Zares en las afueras de la ciudad y el conjunto de maravillas arquitectónicas como puentes, calles, puentes y la llegada del modernismo a este encalve que ha tomado varios nombres a lo largo de la historia.

Se sugiere también acercarse al espíritu religioso del pueblo ruso pragmatizado en sus numerosos templos y catedrales propios de la Iglesia Ortodoxa Rusa, un ejemplo es la Catedral de Nuestra Señora de Kazán.

Así también en Moscú se podrá acceder a su arquitectura del ayer medieval y del florecimiento de la Rusia moderna. La capital actual se extiende con sus anchas avenidas, sus iglesias, los edificios que la convierten en el centro más importante de país. La estructura de la metrópolis ha adoptado un formato circular en tanto ha ido creciendo en torno al simbólico Kremlin.

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