Creo que me gusta más Escocia que Inglaterra e incluso los escoceses más que los ingleses pero bien, que cuando viajamos rumbo a las Islas Británicas tratamos de hacer un recorrido completo incluyendo también las dos Irlandas, o mejor dicho la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Pero el caso es que a veces estamos cortos de tiempo o cortos de dinero y tal vez ya conocemos Londres y los atractivos de Inglaterra así que queremos dedicarnos a Escocia.

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Entonces, con poco tiempo pero muchas ganas de conocer Scotland os propongo un recorrido que alegrará vuestra curiosidad. En principio, el sitio que es imperdible es Edimburgo y su famoso castillo, la antigua fortaleza construida sobre roca volcánica que es el símbolo de la ciudad y que casi desde siempre ha sido utilizado con fines militares (salvo hoy en día, claro).  Dentro hay varias exposiciones y museos y hay que ver las Joyas de la Corona escocesa y el tesoro real, el enorme cañón del siglo XV Mons Meg, la capilla de Santa Margarita y la Piedra de Scone donde se coronaban los reyes de Escocia.

Stirling es el siguiente destino, una ciudad medieval antigua capital del reino escoses, ocupada por los romanos, con iglesias, fortificaciones y un castillo con fantasma propio. Le sigue un viajecito por las tierras del norte para no perderse Inverness y el “mounstro del lago Ness”, una visita a la Isla de Skye ocupada desde tiempos antiguos con sus paisajes sorprendes, su asombroso puerto y el castillo de Eilean-Donan y finalmente, volviendo por el sur no debéis perderos Fort William, Oban y la tradicional y pintoresca Glasgow.