3lineaslowcost

Sin dudas, las aerolíneas low cost han sacado buen provecho de la crisis. Con ellas ha nacido una nueva forma de viajar mucho más económica que permite a muchas personas conocer nuevos destinos que de otra forma no podrían.

Claro que el costo de semejante proeza lleva algunas desventajas pues está claro que no es lo mismo viajar en un vuelo tradicional que en uno de bajo coste. Las razones son de lo más variadas aunque podríamos resumirlas en una sola: la austeridad. El caso es que a pesar de estos sencillos vuelos, siempre son grandes elegidos debido a un factor de gran importancia, el precio.

Ahora bien, más allá de los costos podemos hacer hincapié en algunos detalles a tener en cuenta a la hora de comparar las gracias de un vuelo low cost frente a uno clásico. Hoy analizaremos un punto esencial: las conexiones.

En cuanto al primer tema, lo cierto es que estas compañías aéreas no realizan vuelos de conexión por lo que el mercado es más restringido y para llegar de un lado a otro en ocasiones hay que comprar dos billetes no uno con escala. Es entonces cuando hay que tener en cuenta el costo total.

Además de dinero, hay que tener en cuenta el cambio de equipaje y lo que esto supone en cuanto a hacer las colas de facturación. Un tercer factor remite a los tiempos entre un vuelo y otro pues en el caso de que el primer avión se retrace la compañía no se hace responsable si pedemos el segundo vuelo. Esto no ocurre en el caso de las aerolíneas tradicionales pues debido a que se trata de una escala, en caso de retraso están obligadas a pagar el alojamiento y la comida en caso de que fuera necesario.