La capital de Italia recibe turistas durante todo el año. Hay más en verano y primavera, es cierto, pero las calles siempre tienen turistas. Roma no es una ciudad tan cara como París o Londres, por ejemplo, pero siempre podemos ahorrar algunos euros para gastarlos en otra cosa. Regalos, por ejemplo. O recuerdos.

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Entonces, he aquí algunos consejos para ahorrar dinero en Roma:

  • Bebe tu café de pie: si no ocupas una mesa en la cafetería el café cuesta menos. Por eso, si no te molesta estar de pie puedes beber el café directamente en la barra. La diferencia puede rondar los dos o tres euros. Y a eso debes sumarle la propina.
  • Propinas: y hablando de propinas, en muchos sitios se calcula un 10% de la cuenta pero en Roma no es tan certera la cuenta. Por un café puedes dejar tranquilamente céntimos. Y ten cuidado cuando vas a un restaurante pues se cobra un extra y éste figura en el menú. Una especie de tasa de servicio.
  • Transporte público: por sobre todo, por supuesto. Los taxis son caros y aquí el tren y el metro funcionan bien. Si llegas por el aeropuerto Fuimicino entonces puedes tomar el tren hasta Termini. El servicio más caro es el Leonardo Express, pero puedes tomar un tren regional que parte de la misma plataforma, hace algunas otras paradas pero no tarda mucho más y es más barato. Si llegas por el aeropuerto de Ciampino no hay tren directo, sino autobús.
  • No compres agua mineral embotellada: personalmente me parece el robo del siglo cuando la ciudad tiene agua potable. Compra una vez y guarda la botella. La puedes llenar en cualquier fuente pública.
  • Basílica de San Pedro: la entrada es gratuita y si ves mucha gente fuera es por cuestiones de seguridad. Una vez dentro puede haber cola para subir a la torre así que mi consejo es que llegues temprano en la mañana. Vale la pena subir, no se te ocurra quedarte abajo.