Continuamos con nuestro recorrido gastronómico por el mundo y en esta ocasión la brújula nos lleva hasta Rusia para saborear los exquisitos blinis, una suerte de panqueques elaborados con mano experta y sabor local.

El blini es una suerte de crepe, muy presente en la cocina polaca, bielorrusa, rusa y ucraniana. La masa base se elabora con harina, huevos, leche y levadura. La cocción varía pues es posible cocinarlos al horno o fritos.

Algo similar sucede con el relleno pues los blinis se comen solos o con relleno. Es común que funcionen a modo de acompañamiento de pescados ahumados, como el arenque, la trucha o el salmón, o bien servirlos con nata agria y huevos de pescado.
También está la versión dulce, a la que se le añade mermeladas, manzana, fresas…

Al igual que los locales de hamburguesas de los Estados Unidos, en Rusia es común encontrar las clásicas “Blínnaya”, en donde la especialidad de la casa se sirve en todas sus variedades, incluso con caviar rojo y negro, carne, pollo, queso, patatas y requesón.